Aprendiendo a liderar el barco

Hace poco me reuní con un amigo al que no veía hace tiempo para conversar de la vida, los rumbos de cada uno, etc. Le conté lo que yo estaba haciendo y a él le atraía la idea de empezar algo nuevo como lo que yo estaba aprendiendo. Le comenté brevemente del cuadrante de flujo de dinero de mi tío Robert y ¡Se puso loco! Él quería aprender a no estar siempre en el lado izquierdo del cuadrante, deseaba saber como cruzar al lado D e I.


Para ser honesto, yo aún me estoy construyendo un camino y si algo he aprendido en estos meses es a tener conciencia de trabajar duro, a esforzarme por mi visión. Quería precisar ello porque es finalmente ésta la que nos hace tomar acción o rendirnos en lo que decidimos hacer si es que no tenemos resultados prontos. La visión es la que marca nuestra perspectiva.

Sigamos con mi amigo. Cuando le pregunté por qué quería iniciar algo nuevo para cambiar de cuadrante, me comentó que solo por la idea de mejorar sus ingresos. Vamos, si el tema es solo dinero, no es del todo inteligente pretender querer iniciar un camino de emprendimiento, pues hay demasiados retos. Es más seguro encontrar dinero en un empleo que al inicio de un camino como D o I. Además hay diversas formas de conseguir plata, si es eso lo que se busca. Quería describirle cómo es el proceso y a mi me gusta dibujar, así que le hice un gráfico mas o menos así:




Las personas que conozco que tienen una vida estable y con buena proyección a nivel personal, financiero y familiar no son personas que trabajan por el dinero. Para nada. El dinero es importante, sí, pero creo que es algo que viene de la mano si es que uno trabaja para desarrollar lo que le gusta, lo que quiere lograr con su visión, eso es lo que finalmente nos mueve a realizar aquello que decidimos día a día, así sea a contracorriente.

Nuevamente con mi amigo, concluí explicándole por qué es importante tener una visión fuerte desde el comienzo; eso es sencillo: porque no todos podrán ver lo que tú estás visualizando, porque  por más que les expliques y expliques, ellos preferirán ver para creer, mientras que tú hace rato resolviste creer para luego ver. Necesitas tú ser el primero en declarar la visión para que luego logres una visión compartida de la realidad. Si tú no la ves, nadie lo hará.

No todos van a pensar como tú ni mucho creerán que tu forma es el modo solución. Suele pasar. Por eso si es que no tienes una visión robusta, sólida, aquella por la que crees vale la pena incluso desequilibrarte un tiempo, no vas a terminar tu travesía. Vas a dudar de ti tantas veces que en una de esas, si no estás preparado, ¡Zas! te caerás del barco.

Tener una visión propia es el primer paso para poder ser el que lidera tu nave. Lo siguiente es aprender a liderarlo con la gente adecuada y con la que no lo es, porque en el proceso te toparás con que:

  • Habrá gente que te dirá que esa no es la forma
  • No toda tu familia creerá lo que les estás contando sobre tu visión
  • Te tocará seguir adelante a pesar de ciertos resultados adversos
  • Tendrás que dejar de frecuentar ciertas personas cercanas a ti para empezar a rodearte con gente que ya cree lo que tú ves
  • Necesitarás desarrollar hábitos que no tenías para ser la persona que necesita tu barco
  • Finalmente, tendrás que aceptar que haciendo todo lo mencionado (entre otras cosas) estás quemando los puentes que están a tu espalda, porque lo creas o no, si te tomas en serio lo que decidiste iniciar ya no tienes camino de retorno, y si lo encuentras, no llegarás de la forma como empezaste el recorrido. Ya no volverás a ser el de antes.

Lo bonito de todo es que el desbalance es temporal, porque luego se va y otra cosa ocupará su lugar, en cambio si te rindes ahora el desbalance será para siempre.




POR ESO SI NO TIENES UNA META, MEJOR NI TE METAS (A NADA).  :-)